
Te tengo en una esquina no muy puntiaguda, esquina transparente. Te tengo arropado en el recuerdo, en un lugar de mi cabeza reguero de pasiones, que siempre se activan a la misma hora, y no muy de madrugada. Te tengo en el insólito lugar de un viejo sueño, sueño de amor blanco o negro, en el que miras y tomas mi cara que no es la mía, y yo te sostengo con otras manos. Te tengo de vuelta a tus hogar, tan lejano y aquí al lado y paso delante de tu casa y te veo encendido en las estrellas, tal vez dormido. (AR)
1 comentario:
No es la primera vez que leo este poema. Lo he releido bastantes veces. Hoy me aparece como recien hecho,tibio y perfumado, recién sacado del horno del corazón. Y me conmueve. Leo en él la historia del amor partido; o el eco del tren que perdimos, o el que nunca se detuvo en mi apeadero...o el que nunca llegó a pasar.
Pero tú lo dices mejor, con las pinceladas de tus luces: estrellas en el lienzo de la noche ( la del firmamento y la del alma)
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