Contigo, y ya sin tí,
respirando lenta ausencia
- reverso de otra existencia-
sin tí, que aún estás aquí,
sólo tengo una certeza:
este mudo hueco frío
como de nido vacío.
Y mis sucesivas tardes
se vistem de seda
del luminoso color
de la tristeza.
Este es un poema de mi buena amiga Carmen Soto
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